¿Os acordáis de la importancia que ha tenido siempre para nuestras abuelas la llamada “cocina de aprovechamiento”?

¿Os acordáis de la importancia que ha tenido siempre para nuestras abuelas la llamada “cocina de aprovechamiento”? Pues hoy os animamos a cocinar unas riquísimas migas, un claro ejemplo de estos platos, y que además nos vendrá para combatir un poco el aburrimiento. Es un plato sabroso y fácil de hacer, y además pueden colaborar los más pequeños de la casa en su preparación.

¿Qué necesitamos?

– 1 kilo de pan del día anterior (también podemos ir acumulando sobras de varios días, que habremos dejado guardadas en el frigorífico)
– Medio litro de agua
– Una cucharada rasa de sal
– Una cabeza grande de ajos.
– Dos o tres pimientos, verdes y rojos.
– 300 ml de aceite de oliva.

Preparación

Cortamos el pan en rebanadas pequeñas y finas. Si nos ayudan los niños, también podemos trocear el pan en pedacitos pequeños, aproximadamente del tamaño de un cacahuete.
Volcamos sobre el pan, poco a poco y dando vueltas, el agua con la sal ya disuelta. Dejamos reposar.
Ponemos el aceite a calentar en una sartén honda o un perol amplio, y comenzamos a freír los ajos y después los pimientos cortados a tiras. Reservamos estos cuando ya estén hechos.
En el aceite sobrante vamos echando el pan y le vamos dando vueltas con movimientos envolventes. El fuego no debe estar muy alto para evitar que el pan se queme. Continuamos así, hasta conseguir que todo el pan se vaya quedando frito, pero suave.
Además de los ajos y pimientos, esta receta casera se suele acompañar de chorizo, lomo y torreznos fritos. Así que finalmente servimos en cada plato las migas con un poquito de cada cosa… ¡Y a disfrutar, que están buenísimas!

//Receta de Juan Carmona

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