Revolución de los Claveles (25 de abril de 1974)

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Revolución de los Claveles
25 de abril de 1974

La Revolución de los Claveles (en portugués: Revolução dos Cravos o, mucho más frecuentemente, O 25 de Abril) es el nombre dado al levantamiento militar del 25 de abril de 1974 que provocó la caída en Portugal de la dictadura salazarista que dominaba el país desde 1926. El fin de este régimen, conocido como Estado Novo, permitió que las últimas colonias portuguesas lograran su independencia tras una larga guerra colonial contra la metrópoli y que Portugal mismo se convirtiera en un estado democrático de derecho liberal.

A inicios de la década de 1970, el régimen autoritario del Estado Novo seguía pesando como una losa sobre Portugal. Su fundador, António de Oliveira Salazar, fue destituido en 1968. Impedido por un accidente doméstico que le provocó un hematoma cerebral, fue apartado del gobierno en 1968 y falleció en 1970. Vino a sustituirle Marcelo Caetano en la dirección del régimen. Cualquier intento de reforma política fue abortado debido a la propia inercia del régimen y al poder de su policía política, la Polícia Internacional e de Defesa do Estado (PIDE).

A finales de la década de 1960 el régimen se aislaba, envejecido y anquilosado, en un mundo occidental en plena efervescencia social e intelectual. Mientras tanto, las colonias africanas de Mozambique y Angola, arrastradas por los movimientos de descolonización, habían estallado en revueltas desde principios de la década y obligaban a la dictadura portuguesa a mantener por la fuerza de las armas el imperio colonial portugués, instalado en el imaginario de los ideólogos del régimen. Para ello, el país se vio abocado a invertir grandes esfuerzos en una guerra colonial de pacificación, actitud que contrastaba con el resto de potencias coloniales de Europa, que trataban de asegurarse la salida del continente africano de la forma más conveniente.

La guerra colonial había generado conflictos entre la sociedad civil y la élite militar. Todo esto mientras el modelo económico propugnado por el régimen, basado en la autarquía y en la exportación de materias primas, acompañado por un débil desarrollo industrial y un fuerte mercantilismo en todos los sectores de la economía, hacía que Portugal permaneciera como el país más pobre de Europa Occidental y generara una fuerte emigración, principalmente hacia Estados Unidos, Canadá, Francia, Venezuela y Alemania Occidental.

En febrero de 1974, Caetano es obligado por la vieja guardia del régimen a destituir al general António de Spínola y a sus apoyos cuando trataba de modificar el curso de la política colonial portuguesa, que había llegado a ser demasiado costosa para el país. De hecho Spínola había ganado fama entre los oficiales del ejército opuestos al régimen cuando en ese mismo mes publicó «Portugal e o futuro», donde declaraba que no debía seguir la guerra colonial en África sino buscarse una «solución política» a ese conflicto.

Desde ese momento, una vez que se hacen visibles las divisiones existentes en el seno de la élite del régimen, un misterioso Movimento das Forças Armadas (MFA) elige llevar adelante una revolución. El movimiento nace secretamente en 1973 de la conspiración de algunos oficiales del ejército, primero preocupados por cuestiones profesionales, pero que se politizan por el empantanamiento de la guerra colonial.

A finales de 1973 el MFA alcanza mayores niveles de crecimiento y se convierte en una preocupaciòn para la policía secreta del Estado Novo, precisamente cuando gran parte de los apoyos de Oliveira Salazar procedían de la élite militar a la cual el salazarismo había confiado un importante rol político con motivo de la guerra colonial. En marzo de 1974 un grupo de oficales del MFA intenta un golpe de estado sublevando un regimiento de infantería en la localidad de Caldas da Rainha con el fin de marchar sobre Lisboa. El llamado Levantamiento de las Caldas fracasa ese mismo día y este hecho motiva al régimen de Marcelo Caetano a lanzar una agresiva campaña de espionaje dentro del Ejército, ordenando detenciones y traslados de guarniciones. Los jefes del MFA reflexionan entonces que necesitan recurrir a un golpe de estado para derrocar al régimen, siendo inviable una salida pacífica, pero para asegurar el éxito rápido y evitar una guerra civil deben ampliar su círculo de contactos y, sobre todo, acelerar los planes de la revuelta para no dar tiempo a la reacción gubernamental.

En Portugal, la revolución que depuso al salazarismo es conocida popularmente como el 25 de abril
La revolución comienza por las 22:55 horas del 24 de abril, con la muy conocida canción «E depois do Adeus», de Paulo de Carvalho, transmitida por el periodista João Paulo Diniz de la radio «Emissores Associados de Lisboa» y en el día 25 de Abril, a las 0:25 horas, la Rádio Renascença transmite Grândola, Vila Morena, una canción revolucionaria de José Afonso, prohibida por el régimen. Es la segunda señal pactada por el MFA para ocupar los puntos estratégicos del país, mediante una serie de coordinaciones fijadas por un puesto de mando establecido por el mayor Otelo Saraiva de Carvalho en el cuartel de la Pontinha en Lisboa.

Seis horas más tarde el régimen dictatorial se derrumba en tanto a partir de las 01:00 horas del 25 de abril las guarniciones de las principales ciudades (Oporto, Santarém, Faro, Braga) deciden seguir las órdenes del MFA, ocupando aeropuertos y aeródromos, así como tomando las instalaciones del gobierno civil. De hecho, fuera de Lisboa la situación discurre con sorprendente calma, en tanto a lo largo de la madrugada las autoridades del Estado Novo pierden el control del país sin resistencia.

A pesar que desde las 03:00 horas del 25 de abril se emiten continuos llamamientos radiofónicos de los Capitanes de Abril (los oficiales jefes del MFA) a la población para que permaneciera en sus hogares y a la policía para no oponerse a las actividades de las tropas, al amanecer de ese mismo día miles de civiles portugueses ganaron las calles en varias localidades, mezclándose con los militares sublevados. En el transcurso de la madrugada los militares rebeldes ocupan los aeropuertos internacionales de Lisboa y Oporto, ordenando el cese de los vuelos en todo el espacio aéreo portugués. Unidades de la marina de guerra se adhieren a la revuelta y toman el control de los puertos del Atlántico y de las Azores. Si bien al inicio las tropas de la aviación se mantienen indecisas, aceptan seguir al MFA debido a la decidida actuación de las tropas del ejército.

Uno de los hitos de aquellas concentraciones fue la marcha de las flores en Lisboa, caracterizada por una multitud pertrechada de claveles, la flor de temporada, siendo que en su ruta hacia los puntos claves de Lisboa unos soldados pidieron claveles en el puesto callejero de una florista, para colocarlos en sus fusiles, como símbolo de que no deseaban disparar sus armas. Ese es el origen del nombre dado a esta revolución. Al empezar la revuelta en Lisboa las tropas rebeldes ocupan las instalaciones de la Radio Nacional, y del Radio Clube Portugues, a partir de las cuales emiten sus comunicados.

Las acciones militares fueron protagonizadas también por el capitán Salgueiro Maia que, al frente de las fuerzas de la Escola Prática de Cavalaria salió de Santarém para marchar sobre Lisboa. Allí logró la adhesión de más tropas y con ellas ocupó Terreiro do Paço a primeras horas de la mañana del día 25, luchando por mantener el orden, evitar desmanes de civiles, y convencer a las tropas de la capital que aún se hallaban en duda ante los sucesos.

El profesor Marcelo Caetano se refugió con sus ministros en el cuartel del bairro do Carmo, en Lisboa, que fue cercado por el MFA a las 08:00 horas del 25 de abril apoyado por una multitud de manifestantes. Caetano discutió con el capitán Salgueiro Maia, quien dirigía a las tropas sublevadas del Carmo, y que le presentó un ultimátum para abandonar el gobierno. Tras vencer a las 16:00 horas el ultimátum para la rendición del gobierno, Caetano pidió a Salgueiro Maia rendirse ante un oficial de alta graduación, a lo cual accedió Salgueiro.

Para ese fin se dio aviso al general Antonio de Spínola, uno de los jefes del MFA en el cuerpo de caballería, quien acudió al Cuartel do Carmo para recibir la rendición de Caetano a las 17:45 horas. Caetano capitulaba «para evitar que el poder caiga en la calle» y fue sacado con sus ministros en un transporte de tropas Bravia Chaimite a las 19.00 horas, en medio de la multitud en las calles, para ser mantenido bajo arresto. Casi inmediatamente Caetano y sus ministros partieron al exilio en Brasil.

No obstante que los jefes del MFA insistieron en que deseaban evitar violencias, la revuelta provocó 4 muertos ocasionados por los disparos de algunos agentes de la PIDE, la policía política, contra manifestantes civiles a las 20:00 horas en un esfuerzo de resistir al golpe de estado. La ausencia de apoyo al régimen entre las Fuerzas Armadas causó que la policía política se rindiera poco después, al ser inviable oponerse por la fuerza a una revuelta militar masiva.

A las 01:00 horas del 26 de abril, la televisión y la radio estatales presentaron a los miembros del MFA encabezados por Spínola, que ya habían asumido el control de todo el país y que estarían encargados del gobierno a partir de entonces.

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Posteriormente, al día 25, fueron liberados los presos políticos de la prisión de Caxias. Se produjo también el retorno desde el exilio de los líderes políticos de la oposición; el socialista Mário Soares regresó el 29 de abril y el comunista Álvaro Cunhal, el 30. Al año se convocaron unas elecciones constituyentes y se estableció una democracia parlamentaria de corte occidental. Con todo, simbolizo el fin de la colonización de África, aunque las tropas siguieron hasta realizar la llamada «Descolonización» bastante criticada en su época por la violenta forma de evacuación que se realizo en India tras la independencia de India por parte de la Corona británica. Debemos destacar que solo con el uso de las tropas, aun después de la revolución, se garantizo la independencia y la estabilidad gubernamental democrática de las colonias africanas antes del inicio de 1976.También se realizaron nacionalizaciones de grandes empresas.

Duró dos años el periodo turbulento que siguió a la Revolución de los Claveles, caracterizado por luchas entre la izquierda y la derecha. Ese período pasó la historia como el Proceso Revolucionario en Curso o PREC, una designación ambigua usada por los gobernantes que da cuenta de la falta de definición del rumbo de los acontecimientos. Se sucedieron cinco gobiernos provisionales, cada vez más radicales. Hubo varios intentos de golpe militar para paralizar el proceso: el 28 de septiembre de 1974 y el 11 de marzo de 1975, episodios derrotados tras los cuales se aceleró la radicalización política del régimen.

Fue nacionalizada toda la banca y la mayor parte de la gran industria. En marzo de 1975 el Movimiento de las Fuerzas Armadas anunció que se había iniciado la transición al socialismo. Sin embargo, las elecciones constituyentes de abril de 1975 dieron la victoria a fuerzas socialistas moderadas, más cercanas a la socialdemocracia de partidos como el SPD alemán, que lucharon por quitar el control del poder a los militares revolucionarios y otorgárselo a la legitimidad electoral.[cita requerida] En el otoño de 1975 el país estuvo cerca de una guerra civil, pero un golpe de estado el 25 de noviembre estabilizó la situación. Desarmó a los militares revolucionarios y a los cuarteles más indisciplinados, otorgando el poder a los partidos políticos más votados. En esa situación más tranquila se aprobó la constitución de 1976 y se inició la consolidación de la democracia.

El día 25 de abril es festividad nacional en Portugal y suele acoger conmemoraciones y celebraciones cívicas.

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