Stanley Kubrick (Nueva York, Estados Unidos, 26 de julio de 1928 – Saint Albans, Hertfordshire, Reino Unido, 7 de marzo de 1999) fue fotógrafo, director de cine, guionista y productor estadounidense

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Stanley Kubrick (Nueva York, Estados Unidos, 26 de julio de 1928 – Saint Albans, Hertfordshire, Reino Unido, 7 de marzo de 1999) fue un fotógrafo, director de cine, guionista y productor estadounidense. Considerado por muchos como uno de los más influyentes cineastas del siglo XX. Destacó tanto por su precisión técnica como por la gran estilización de sus cintas y su marcado simbolismo.1 Realizó trece películas, entre las cuales se encuentran varios clásicos del cine, como Paths of Glory, Espartaco, Lolita, Dr. Strangelove, 2001: A Space Odyssey, A Clockwork Orange, Barry Lyndon, El resplandor o Full Metal Jacket

 

Nació en un barrio del Bronx de Nueva York, en el seno de una familia judía de clase media-alta. Desde muy joven mostró su interés por la fotografía, que practicaba con una cámara réflex, regalo de sus padres. Otras aficiones eran la música en general, el jazz en particular (llegó a tocar la batería en la Taft Swing Band) y el ajedrez

 

Estos tres pasatiempos serían fundamentales para su futura carrera como director. Su afición a la fotografía le permitió, en primer lugar, trabajar para la revista Look, donde hizo reportajes fotográficos a importantes estrellas del momento, y donde se labró una reputación profesional. Su melomanía le permitió a lo largo de toda su carrera poder discutir todos los aspectos relacionados con la banda sonora de sus películas, llegando en ocasiones a prescindir de compositor y escogiendo personalmente piezas de música clásica para sus películas (como en el caso de 2001: A Space Odyssey, descartando en el último momento la banda sonora original de Alex North). Y su afición al ajedrez quizás pulió el perfeccionismo y la futura frialdad profesional del director. El ajedrez, gracias al cual subsistió durante un inestable período de su vida, sería homenajeado en algunas de sus películas, como The Killing o 2001: A Space Odyssey.

 

Durante su juventud, Kubrick iba frecuentemente al cine Loew’s Paradise y al Museo de Arte Moderno de Nueva York; también a malas películas que le impulsaron a superarlas con creces. Poco a poco nació en él la idea de abandonar su trabajo en Look y dedicarse a la realización de películas. Cuando Kubrick aún concedía entrevistas, se refería a Max Ophüls y Sergéi Eisenstein como sus dos referencias cinematográficas más influyentes, el primero por su trabajo con la cámara, y el segundo por su técnica de montaje.

 

Day of the Fight sería su primera filmación a modo de documental de 13 minutos, en 1951, sobre la base de un trabajo fotográfico, hecho por él mismo para Look, acerca del boxeador Walter Cartier; lo financió con su propios ahorros a los 23 años, aprendiendo a usar el equipo por la persona que se lo alquiló.3 El documental fue comprado por RKO para incorporarlo en la serie This is America que fue proyectada en el Paramount Theatre, en Nueva York, dándole a Kubrick un pequeño beneficio económico. La propia RKO le adelantó dinero para el siguiente documental de 9 minutos llamado Flying Padre (a través del cual sacó el título de piloto, aunque años más tarde se negaría a seguir volando), que narraba la vida de un sacerdote que viaja en avioneta de pueblo en pueblo en el estado de Nuevo México . El último de sus documentales que duró 30 minutos sería Los marineros (The Seafarers), su primer trabajo en color. Para esta época Kubrick ya había renunciado a su trabajo en Look y se dedicaría de lleno a la industria del cine.

 

Su primer largometraje, y su primer aprendizaje formal con una cámara, fue Miedo y deseo (Fear and Desire; 1953), que financió con 13.000 dólares obtenidos de préstamos familiares. El film trata de un pelotón de soldados que lucha en una tierra sin nombre, y se exhibió en circuitos de salas de arte, pues era un experimento de calidad. Tras la realización de la película se separa de su primera esposa, Toba Metz.

 

La película tuvo escaso éxito, y perdió dinero. Ocurrió otro tanto con su siguiente trabajo, El beso del asesino (Killer’s Kiss; 1955), cuyo presupuesto ascendió a 40.000 dólares, la mitad de los cuales se perdieron (con el tiempo devolvería el dinero a familiares y amigos que le habían ayudado);4 es una notable película de suspenso sobre un boxeador que conoce a la mujer de un mafioso y se enamora de ella. En el film aparece, en el papel de la bailarina hermana de la protagonista, la que sería su segunda esposa, Ruth Sobotka. La película contó con pocos medios, y no cobró nada. Hizo de operador, montador, ayudante de montaje, técnico de efectos especiales, además de director, y el trabajo de Kubrick con la fotografía en blanco y negro llamó la atención de James B. Harris, un productor de la NBC.

 

Kubrick y Harris se asociaron en una productora y de su unión surgió Atraco Perfecto (The Killing; 1956), su primer gran film, con un presupuesto de 320.000 dólares y un reparto de importantes actores de Hollywood, protagonizado por Sterling Hayden. Partiendo de una novela de Lionel White, y sobre un guion de Jim Thompson, Kubrick relató la historia del atraco a un hipódromo. La utilización del tiempo cinematográfico hecha por Kubrick supuso una innovación para la época. En la película se empiezan a sentar las bases del pensamiento del director: la lucha de un antihéroe en su enfrentamiento con el mundo, y su conflictivo final.

 

Atraco Perfecto atrajo las miradas de algunos personajes de Hollywood como Dore Schary, el jefe de producción de MGM.3 Entre ellos también se encontraba Kirk Douglas, que firmó con Harris-Kubrick un contrato para cinco películas. La primera de ellas sería Senderos de gloria (Paths of Glory; 1957), basada en una novela de Humphrey Cobb, que interpretaría el propio Douglas haciendo el papel del coronel Dax, encargado de defender a sus soldados, acusados de cobardía ante el enemigo, en el marco de la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial. Y también sería la primera polémica de Kubrick, aunque no la última. El mensaje antibelicista de la cinta hizo que en Francia, a cuyo ejército pertenecían los protagonistas, estuviera prohibida durante décadas. La película fue rodada en los estudios Geiselgasteig en Múnich, Alemania.3 En el rodaje de la película conocería a Christiane Susanne Harlan, que en los créditos aparece como Susanne Christian, que se convertiría en su tercera y última mujer.

 

Tras Senderos de gloria, Kubrick estuvo trabajando junto a Marlon Brando en la preproducción de One-Eyed Jacks (1961), aunque tras varios meses sería despedido por desavenencias con el actor, quien terminó dirigiendo la película.

 

En esta situación lo encontró de nuevo Douglas, que buscaba un director para sustituir a Anthony Mann al frente de Espartaco (Spartacus; 1960). Kubrick aceptó, sabiendo que una película de tan alto presupuesto podía suponer un empujón a su carrera como director. Aunque apenas tuvo oportunidad de intervenir en el guion (como había hecho antes y haría después en todas sus películas), la película supuso el fin de las listas negras (debido al estratégico interés de Douglas de reducir el sueldo del guionista Dalton Trumbo, a cambio de colocar su nombre real en los créditos). La película ganó otros tres premios de la Academia y fue un éxito comercial. La carrera de Kubrick estaba definitivamente lanzada.

 

Kubrick y Harris lograron rescindir el contrato que les unía con Douglas por otras tres películas. Las aspiraciones artísticas y comerciales de Kubrick le llevaron a hacer Lolita (1962): fue su siguiente trabajo. Tras arduas negociaciones, convenció a Vladimir Nabokov no sólo para que aceptase vender los derechos de su novela, sino para que fuese él mismo quien adaptase el guion, aunque posteriormente Kubrick solo conservó una parte de su trabajo. La película estuvo envuelta en escándalo por adaptar una historia tan controvertida para los estándares de la época, ya que narra la historia de la seducción de una menor de edad por parte de un hombre maduro, y de ahí que dirigentes conservadores exhortaran a no ver la película. Esta película cuenta la historia de Humbert Humbert, un soltero de mediana edad interpretado por James Mason que se enamora de Lolita, una púber de catorce años (interpretada por Sue Lyon, de dieciséis, a quién Kubrick vio en The Loretta Young Show), y que para conseguirla está dispuesto a casarse con la madre de la menor. El actor Peter Sellers termina de componer el reparto como el multifacético Clare Quilty. La película no solo se centra en la relación entre Humbert y Lolita sino que posee efectivas dosis de humor, aspecto del film soportado por el oficio de Sellers que fue animado por el director a improvisar. Kubrick nuevamente trabajó a partir de una narración no lineal, cosa que no ocurría en el libro, con el fin de darle más suspenso a la trama. Kubrick sustituyó la simple lujuria y deseo que el profesor sentía por Lolita en la novela de Nabokov, por amor, evitando así la menor injerencia posible de la censura.5 El presupuesto fue de 2 millones de dólares y logró obtener buenas ganancias. Debido a aspectos financieros y legales, así como por temas de la misma censura, el rodaje se realizó en los estudios ABPC en Inglaterra, donde Kubrick finalmente se estableció definitivamente, en el condado de Hertfordshire. A pesar de vivir y trabajar en Inglaterra, al inicio por problemas coyunturales, nunca se sintió un expatriado; las circunstancias le retuvieron allí, y volvía varias veces al año a los Estados Unidos, casi siempre en barco.

 

Tras el éxito de Lolita, se permitió afrontar proyectos más arriesgados. Se separó de su socio y amigo Harris para producir su nueva película en solitario. Así que, en medio de la guerra fría y de la crisis de los misiles cubanos, Kubrick comenzaría a rodar Dr. Strangelove or how I learned to stop worrying and love the bomb, en 1964. El título en español para esta película fue Dr. Insólito con el que fue conocido en el mundo hispanoparlante excepto en España, donde se dobló con el título de ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú.

 

Basada en la novela de Peter George, Red Alert, que era un relato no cómico, pero que lo viró Kubrick para conseguir verosimilitud. Aunque en un principio pretendía abordar de manera directa la novela sobre la Guerra Fría y la posibilidad de un conflicto atómico, a medida que se iba documentando encontraba aspectos cada vez más hilarantes y esperpénticos sobre la estrategia nuclear de ambos bloques, de forma que decidió realizar una comedia de humor negro en función a las parte más ligeras del libro.7 El actor británico Peter Sellers, sería el encargado de dar vida a tres personajes de la cinta, por presión de Columbia, ya que lo consideraban responsable del éxito de Lolita; completando el reparto Sterling Hayden, George C. Scott y Slim Pickens. El guion de Terry Southern, el propio Peter George y Kubrick está lleno de gags y alusiones sexuales, y narra cómo un acceso de locura del general Ripper, interpretado por Hayden que ordena a varios bombarderos intercontinentales estadounidenses B-52 atacar su objetivos en suelo ruso con armas nucleares, provoca que se haga realidad la tan temida «Destrucción Mutua Asegurada», mientras el jefe Lionel Mandrake (Sellers) busca hacerlo desistir. Por otro lado el presidente Merkin Muffley y el Sr. Strangelove (Sellers en ambos casos) debaten con el mayor Buck Turgidson (Scott) sobre una eventual solución al problema. Dentro de un B-52, el mayor T. J. King Kong (Pickens) aún no sale de su asombro junto con su tripulación por la misión encargada. Kubrick contrató al decorador Ken Adam para llevar a cabo los ambiciosos escenarios, muy adelantados a la época (la sala de guerra, la base militar, y el interior del bombardero) en los ingleses estudios Shepperton, empleando de manera novedosa la iluminación natural para darle mayor realismo a la puesta en escena.7 La película encontró a un Kubrick plenamente instalado en la campiña inglesa haciendo gala de su obsesión por el detalle en función a los recursos que tenía a su alcance. Un ejemplo de esto es la escenografía que recrea el interior B-52. La fuerza aérea estadounidense no quiso colaborar con el director y éste tuvo que, en función de una fotografía en una revista especializada, y los controles de un B-29, reconstruir el tablero de instrumentos del avión con enorme realismo enfatizando8 el ambiente claustrofóbico de la nave. La música original es encargada a Laurie Johnson, pero dos melodías tienen especial relevancia, sentando las bases del uso que después Kubrick le daría a la música en sus cintas: Try a Little Tenderness en versión instrumental en los créditos iniciales acompañando las imágenes de los aviones acoplados para cargar combustible y el tema de Vera Lynn We’ll Meet Again, sugerido por Sellers, en la escena final. En ambos casos los temas contrapesan la fuerza de las imágenes.

 

Obras célebres: 1968 – 1980

 

En 1968 Kubrick alcanzaría la cumbre de su carrera con 2001: una odisea en el espacio (2001: A Space Odyssey). La película no solo buscó elevar el estatus de un género menor en aquel momento, la ciencia ficción, que se limitaba a alienígenas antropomórficos y platillos volantes, sino además narrar una audaz parábola sobre la evolución del hombre: una elipsis de 4 millones de años.

La película se construye sobre la base de un relato corto de Arthur C. Clarke, El centinela, que Kubrick leyó en 1964 y en ese año junto con Clarke, empezó a construir el guion inicial de la película que protagonizaron Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester y Douglas Rain como la voz del computador HAL 9000. En 1966 Kubrick ya había filmado todas las escenas con actores en los estudios Shepperton en Inglaterra. En 1968 se concluyeron los efectos especiales. El presupuesto inicial de 5,5 millones de dólares subió hasta los 10 millones.3 Pero fue en la sala de edición donde Kubrick estableció los mayores cambios entre esta película y sus predecesoras: sólo contiene 40 minutos de diálogo para un metraje de 141 minutos, además de ser la primera película del director sin narración alguna. Con unos efectos especiales sin precedentes (diseñados por el mismo Kubrick y ejecutados y supervisados por Douglas Trumbull), y una confianza ciega en sí mismo, Kubrick realizaría finalmente una de las películas más complejas, vanguardistas y arriesgadas de la historia del cine. La historia empieza con un grupo de homínidos en su lucha por la subsistencia y su encuentro con un monolito, y luego se traslada al futuro, millones de años adelante, donde un hombre, ya evolucionado a Homo sapiens, explora el sistema solar en una nave controlada por un computador omnipresente. Kubrick toca diversos temas en la cinta (la inteligencia, la soledad, la muerte, la evolución, la inmortalidad, la auto reflexión, la inteligencia artificial…) que hacen del trabajo un motivo continuo de reflexión, manteniéndola vigente a la postre. Sus efectos especiales y la recreación del viaje espacial siguen siendo apreciados por su fidelidad técnica, estableciendo un antes y un después en la innovación tecnológica de los efectos y del género en sí mismo. Otro aspecto notable es la música, apartado donde Kubrick también ha aportado mucho. Descartó la banda sonora que originalmente había compuesto Alex North, quien se había encargado de la música en Espartaco, usando las composiciones clásicas que empleó en la sala de edición. Entre las partituras utilizadas, además de Richard Strauss o Aram Jachaturián, Kubrick empleó ampliamente la música vanguardista del compositor rumano, György Ligeti, impulsando enormemente su fama a nivel mundial.9 Con esta película Kubrick ganó su único Óscar a título personal (por el diseño de efectos especiales) y varios Premios BAFTA, entre otros.

 

La historia de Napoleón, proyecto en la que pensaba recrear la vida y las batallas más importantes libradas por el dirigente francés, fue un sueño largamente ansiado por Kubrick, quien desarrolló una investigación de pre-producción enorme a finales de los años sesenta,10 que finalmente no se concretó debido a sus descomunales costos: necesitaba 40.000 soldados cercano a una ciudad, para alojar a 50.000 personas, un lugar adecuado como campo de batalla. Sin embargo leyó centenas de libros y preparó los planos minuciosamente.11 Le atraían tanto su épica como su vida sexual, que fue «digna de Arthur Schnitzler».12

 

Durante aquellos años, Kubrick recibió un obsequió de Terry Southern: la novela A clockwork orange de Anthony Burgess. Kubrick leyó el libro de un tirón y pensó en Malcolm McDowell para interpretar el papel de Alex, a quién el director comparaba con Ricardo III. La historia narra a modo de sátira las correrías de Alex, un joven violento cuyas distracciones son la violación, la ultraviolencia y Beethoven como rezaba la promoción de la película. Los «Droogs», el film retoma el lenguaje empleado en el libro que usó variantes del ruso con el inglés de la calle llamado Nadsat, causan destrozos, actos de violencia y delitos sexuales. Pero las cosas se saldrán de control y se pondrá en práctica el proceso Ludovico para buscar corregir la conducta del joven Alex. El director buscó localizaciones en Inglaterra mediante revistas de arquitectura contemporánea y solo construyó tres sets en los estudios Borehamwood: el bar Korova, la prisión y el baño en la casa del escritor. La naranja mecánica presenta algunas innovaciones en el aspecto técnico como el empleo de lentes más rápidas, cámaras ligeras de mano y los micrófonos Sennheiser Mk. 12,14 que permitieron no tener que volver a grabar diálogo alguno tomado de la escena en vivo, así como el uso de nuevos equipos de iluminación como los reflectores de cuarzo Lowell de 1000 vatios, que le permitió a Kubrick girar la cámara en cualquier dirección sin preocuparse por capturar algún equipo luminotécnico en la habitación. La escena de la mujer y los gatos es un buen ejemplo.

 

La música fue nuevamente otro elemento destacable, por su carácter avant garde en el uso de la electrónica para adecuar las melodías a las escenas por parte de la compositora Wendy Carlos, quién recrea mediante sintetizadores la marcha fúnebre de Henry Purcell en la obertura de la película junto con la imagen de los actores, conformando una escena de carácter hipnótico y atmosférico. También se utiliza la Sinfonía N° 9 (Scherzo) de Ludwig van Beethoven como fondo para la danza de las estatuillas abrazadas de Jesucristo y la Obertura de Guillermo Tell de Gioachino Rossini para la orgía en el cuarto de Alex pero acelerada electrónicamente. Incluso se afirma que Kubrick contactó con la banda de rock progresivo Pink Floyd para utilizar pasajes del tema «Atom Heart Mother»,15 pero finalmente no llegaron a un acuerdo.

 

Estrenada en Estados Unidos en 1971 y en Inglaterra en 1972, la película despertó una controversia nunca antes vista en el Reino Unido para un film, en torno al contenido de la misma y sus repercusiones en los espectadores; dividió a los críticos, generó debates públicos en la prensa escrita, la televisión y la radio como lo analiza Christian Bugge en The Clockwork Orange Controversy. A todo esto se sumó el hecho de que los delitos cometidos, incluso un asesinato, en aquella época, con mucha atención otorgada por parte de la prensa inglesa, por jóvenes que aparentemente replicaban escenas de la película o en algún caso vestían trajes similares a los protagonistas. Esto aumentó la presión en el debate y llevó a Kubrick, quién según diversas fuentes estaba sumamente preocupado, a presionar a Warner Bros., su nueva distribuidora, a cancelar cualquier exhibición pública de la película en 1973 en cualquier sala del Reino Unido. Esto duró hasta el año 2000. La película obtuvo 7 Premios BAFTA incluyendo mejor película, 2 Premios Globo de oro, 4 nominaciones a los Premios Óscar, 2 Director Guild of America, entre otros.

 

Quizá el logro más importante que obtuvo Kubrick con esta cinta fue asegurar formalmente por parte de Warner Bros., a través de un lucrativo contrato, el control total sobre sus cintas, a nivel técnico y sobre todo artístico, incluso de distribución. El éxito en taquilla del film que sobre una inversión de 2 millones de dólares pudo ganar 40 millones le permitió al director sustentar su contrato. Kubrick recibía además cerca del 40% de los beneficios, para lo cual creó una base de datos de salas donde este tipo de películas de autor tenían mejores opciones comerciales.

 

El trabajo de preproducción que había hecho para Napoleón le ayudó a establecer las bases de su siguiente producción, Barry Lyndon. Estuvo basada en la novela victoriana de William Makepeace Thackeray publicada en 1884 como The Luck of Barry Lyndon, que narra la historia de la ascensión y caída de un muchacho en la Europa del siglo XVIII, y fue protagonizada por Ryan O’Neal y Marisa Berenson en 1975. Nuevamente el extremo cuidado por el detalle de Kubrick se hace manifiesto en el proceso de la película usando libros de arte y documentos de la época para buscar localizaciones, crear objetos, coches y el vestuario que fue confeccionado usando como modelo ropa de aquel siglo, siguiendo las técnicas de costura que se emplearon originalmente y contratando a 35 sastres que trabajaron durante 6 meses.18 Ante la insistencia del director, los interiores se rodaron exclusivamente con la luz de las velas, gracias a unos objetivos especiales de la casa Carl Zeiss (apertura máxima de f/0,7) que había comprado a un contacto suyo y cuyo diseño fue inicialmente realizado para la NASA. Según la actriz Marisa Berenson,19 los actores, en algunas tomas de acercamiento, casi no se podían mover para no salir de foco. Las técnicas de emulsión y revelado actual hicieron obsoleta esta tecnología. La película fue filmada en Irlanda y en Inglaterra. En el primer país Kubrick recibió algunas amenazas por parte del grupo terrorista IRA debido a que los extras representaban a soldados ondeando la bandera británica sobre suelo irlandés.

 

La música que se empleó fue el resultado de la recopilación de todas las grabaciones conteniendo composiciones del siglo XVIII que Kubrick consiguió. Pero al ver que el carácter de la misma era mayormente festiva recurrió también a Franz Schubert y su Piano Trio In E-Flat, compuesto en 1828 y adicionalmente agregó score grabado por Leonard Rosenman para suplir el pedido del director.18 Precedida de gran expectación debido a sus dos títulos anteriores y su efecto en el público, la película fue recibida con críticas mixtas a mediados de los setentas, y falló en la recaudación de taquilla inicial a pesar de los 4 premios Óscar que obtuvo en 1975. Desde entonces la película ha ganado estatura dentro del legado del director por sus logros técnicos y artísticos.

 

La novela del escritor multi-ventas de finales de los años setenta Stephen King y un género con buen tirón en aquel momento, el terror, motivaron a Kubrick por su siguiente película. A partir de la novela El resplandor del escritor estadounidense reescribió el guion junto a Diane Johnson, y el resultado fue El resplandor (The Shining; 1980). La versión de Kubrick es una variación sobre la versión del libro, especialmente en el carácter del protagonista y sus motivaciones. La película, filmada en los estudios Elstree en Borehamwood para los interiores haciendo tomas exteriores del Timberline Lodge, en Portland, Oregón, para recrear el Hotel Overlook, muestra la transformación del personaje de Jack Torrance (interpretado por el oscarizado Jack Nicholson), que cuida el hotel durante los intermedios de temporada, presentándolo como un ser temperamental y con una progresiva perturbación que afecta finalmente la seguridad de su propia familia. Kubrick hizo uso extensivo de una innovación reciente, el Steadicam,21 un giroscopio estabilizador que permitía a la cámara desplazarse a través del espacio sin vibraciones, lo cual le permite filmar de manera efectiva al hijo de Torrance, interpretado por Danny Lloyd, sobre su triciclo de plástico a través de los corredores del hotel o a Nicholson caminando por el laberinto del jardín. La música nuevamente recae en manos de Wendy Carlos, quién modifica nuevamente a través de la electrónica música original; una adaptación del compositor Hector Berlioz, del tema medieval Dies Irae. Otros compositores cuyas piezas son utilizadas son György Ligeti, Béla Bártok, Krzysztof Penderecki y temas de bandas pertenecientes al primer cuarto del siglo XX.La película obtuvo buena respuesta del público y taquilla, pero la crítica volvió a dividirse en torno este trabajo del director estadounidense. A juicio del autor de la novela, Stephen King, quién inicialmente estuvo halagado con la idea de la adaptación por parte de Kubrick, el filme no profundiza en el verdadero tema de la novela que incluso posee tintes autobiográficos. Este primero hace una nueva adaptación para la televisión de su libro, en 1997. La hija de Kubrick, Vivian, realizó un documental sobre la filmación de la película en 1980.

 

 

Etapa final: 1987 – 1999

Tienen que transcurrir siete años hasta que aparezca su siguiente película, Full Metal Jacket, en 1987, donde vuelve a tocar el tema bélico, esta vez la Guerra de Vietnam y nuevamente es un adaptación de una novela. En este caso es Gustav Hasford y su libro The Short-Timers. La película tiene dos partes claramente diferenciadas: la preparación de los soldados en la base de Marines de Parris Island en Carolina del Sur, Estados Unidos y la guerra en sí, ubicada en la ciudad vietnamita de Huế. Durante el rodaje Kubrick reescribía el guion sobre la marcha, modificando las escenas originales. La película se rodó entre 1985 y 1986 en Inglaterra, en la base del ejército británico en Bassingbourne, los estudios en Enfield, y el gasífero de Beckton, al este de Londres, cuyo proceso de demolición fue utilizado para recrear la ciudad modernista de Huế, hasta donde se llevaron 66 palmeras. La película es protagonizada por Matthew Modine, Vincent D’Onofrio, Adam Baldwin y Lee Ermey. La música fue escrita por Abigail Mead, un alias que utilizó Vivian Kubrick, empleando un sintetizador. Para las canciones, Kubrick recurre a las listas de éxitos del periodo 1962 – 1968, incluyendo éxitos de Johnny Wright, The Rolling Stones, Nancy Sinatra, The Trashmen, entre otros. A pesar de que el filme se estrenó poco después del hit Platoon (1986) de Oliver Stone, obtuvo buenas críticas y buena taquilla durante su exhibición.

 

Tras esta película Kubrick comenzó a evaluar nuevos proyectos. En primer lugar, Inteligencia Artificial, la historia de un niño robot abandonado por su madre. Kubrick siempre había querido adaptar el relato de Brian W. Aldiss, pero no fue hasta que vio Parque Jurásico (1993), del director estadounidense Steven Spielberg, que supo que la tecnología necesaria para filmar la película estaba por fin a su alcance. También estaba interesado en The Aryan Papers, una película sobre dos refugiados judíos durante la persecución nazi que iba a ser protagonizada por Jodie Foster y Joseph Mazzello, el niño de Parque jurásico. Sin embargo, el mismo Spielberg se adelantaría con el filme La lista de Schindler (1993), debido fundamentalmente a la dificultad que supuso para Kubrick el encaje cinematográfico del Holocausto judío, según su propio criterio. La semejanza de la película de Spielberg con su propio proyecto y problemas de diversa índole le harían desistir.

 

Finalmente Kubrick realizó Eyes Wide Shut (1999), basada en la novela Traumnovelle (Relato soñado), de Arthur Schnitzler, que había elogiado años antes. La historia original está situada en la Viena del siglo XIX pero la película se ubica en la Nueva York de finales de siglo XX, narrando la vida una pareja de neoyorquinos de clase alta que viven aparentemente una feliz vida en común, pero que los sueños y fantasías sexuales manifestados en un momento de intimidad empiezan a desestabilizar su relación. La película contó con una pareja en la vida real de las estrellas de Hollywood de aquel momento, Tom Cruise y Nicole Kidman, como los Harford, contando con Sydney Pollack y Marie Richardson como roles secundarios.

 

La película, como en sus anteriores filmes desde Lolita, fue filmada en Inglaterra incluso en las tomas exteriores, con sólo algunas tomas generales hechas en Nueva York. El trabajo final es un despliegue del habitual virtuosismo de Kubrick para filmar y componer, jugando intensamente con los colores y la luz, especialmente la artificial para reforzar ciertas sensaciones, llegando incluso a forzar el revelado de las cintas para darle a la imagen el aura buscada. El score fue muy variado compuesto para la ocasión por Jocelyn Pook incluyendo al mismo trabajos de György Ligeti, Franz Liszt, Chris Isaak o Dmitri Shostakóvich. Después de casi 12 años, Kubrick volvía con una película, generando una fuerte expectación en el público, en parte por los rumores que circularon en la prensa sobre su hábitos de vida, especialmente su misantropía, lo cual fue desmentido por el director en sendas entrevistas durante su vida. La película nuevamente generó una cierta polémica, en torno a la censura que recibió la cinta en la versión para los Estados Unidos donde digitalmente se taparon las zonas genitales a ciertos actores extras durante una orgía, por lo demás bastante pudorosa para ser tal. El film, de gran calidad narrativa, fue recibido con cierta tibieza por parte de un sector de la crítica en un inicio, y con entusiasmo por otros sectores, especialmente la crítica francesa que incluso le dio el premio a la mejor película extranjera del año.27 El presupuesto del filme ascendió a 65 millones de dólares.

 

Días después de acabar de montar la película, a los 70 años, Stanley Kubrick moría en la cama de su residencia de Hertfordshire, al sureste de Inglaterra, de un ataque al corazón. Su muerte congregó gran interés por parte de la prensa mundial debido a la enorme fama y reputación tanto profesional como el mito personal que ganó durante sus años de vida.

 

Algunos de sus trabajos fílmicos fueron lanzados en formato VHS, y posteriormente toda su obra ha sido remasterizada en formato digital DVD y Blu-Ray. Existen también detallados trabajos biográficos y de análisis de su obra y álbumes fotográficos, convirtiéndolo en uno de los directores cinematográficos más reseñados en la actualidad.

 

Legado

La influencia de Kubrick en el cine contemporáneo es enorme y difícil de definir en su real dimensión. No sólo por la gran cantidad de libros dedicados a su persona y a su trabajo, las compilaciones que lo sitúan entre los más importantes de la historia, así como documentales televisivos sobre su vida y ensayos publicados en diversos medios de comunicación, sino también por los logros fílmicos que alcanzó en vida y el aporte que realizó al statu quo de rol del director dentro la industria cinematográfica.

 

Kubrick luchó y logró el tan ansiado control total sobre sus películas, con el fin de que su visión fílmica no se viera afectada más que por lo que él entendía como coherencia artística. Sin estudios formales de cine, participó en cada etapa de la producción de una cinta, aprendiendo las técnicas y el oficio, llegando a aportar innovadores procedimientos técnicos (efectos especiales, sistema de filmación, nuevas cámaras, focos, luces y lentes) y narrativos que le permitieron a la industria en general avanzar varios años.

 

Otro apartado donde fue decisivo fue en el empleo de la banda sonora en las cintas que dirigió, anticipándose a varias tendencias, incorporando tanto la enciclopédica revisión de la música perteneciente a la época en la que se ambientaba la película de turno, así como también emplear los aportes de la electrónica cuando ésta se aplicaba mayormente en el campo experimental.

 

Sus películas no dejaban de incorporar sus propios intereses intelectuales y la reflexiones sobre el hombre y su lucha constante con su entorno, ya sea físico, social, psicológico o metafísico. Su observación del ser humano siempre guardaba una distancia prudente, que en vez de frialdad (como lo tachaban algunos críticos), podría más bien leerse un verdadero interés y abierta curiosidad por entender el proceder del personaje como pieza dentro de un engranaje más complejo que lo puramente cultural. Él busca aquellos códigos dentro de cada ser humano que lo empujan a accionar de una manera en particular, tanto en la intimidad como en la odiseas titánicas que modifican el curso la historia, creando en el proceso imágenes tan sobresalientes y atemporales que se han convertido en parte de la cultura popular.

 

Un tema final podría ser su obsesión con los detalles y la calidad del producto. Pocos directores hicieron de esto un tema mayor: entender el filme como acto de aprendizaje extremo del entorno del personaje, en base a una sólida investigación que llevó, junto a su perfeccionismo, a dilatar sus rodajes y aumentar el aura mítica que proyectaba en la prensa.