El concepto de someter se entrelaza íntimamente con el de domesticar en la obra «Malditos tacones» de Ignacio Amestoy, una pieza que explora la lucha por la dignidad y la verdad a través de la experiencia de dos mujeres que desafían un sistema opresor. Esta obra, bajo la dirección de Magüi Mira, utiliza la metáfora del encierro para ilustrar cómo el poder busca limitar el movimiento y la libertad de las mujeres, representadas por la figura de Victoria Burton y María García.![]() Desde el inicio, se hace evidente que la estrategia de sometimiento es violenta. La mujer siente en su carne no solo el peso de la opresión, sino también las constricciones físicas simbolizadas por los alambres que le cortan el aire. En este contexto, el dolor se convierte en una herramienta eficaz para mantener el control, donde el maldito tacón no es solo un accesorio de moda, sino un símbolo de lucha y resistencia. Las protagonistas buscan oxígeno, no solo en el sentido físico, sino metafórico, intentando recuperar una dignidad perdida en un entorno diseñado para su aislamiento. Victoria Burton, matriarca de la saga de los Burton, y María García, una abogada hecha a sí misma, personifican dos éticas opuestas en una sociedad que no contempla su existencia. A través de sus voces, se desnudan las estructuras de poder que las rodean, despellejando la gran mentira que las sostiene. Ambas mujeres, que han estado siempre solas, representan el desafío cotidiano frente a un «Agamenón» moderno, una figura que, con su poder corrupto y sexista, perpetúa la exclusión. La escenografía, diseñada por Curt Allen y Leticia Gañán, junto con el vestuario de Gabriela Salaverri, establece un ambiente que refuerza la dualidad de estos personajes: la brillantez de una vida luchadora frente a la opaca sombra del privilegio corrupto. La iluminación de José Manuel Guerra y el espacio sonoro de Santiago Martínez enriquecen esta atmósfera, haciendo palpable el conflicto interno de las protagonistas. «Malditos tacones» no solo es un llamado a la reflexión sobre el poder y la opresión, sino también un homenaje a la valentía de las mujeres que, como Victoria y María, se atreven a desafiar las expectativas y a buscar su lugar en un mundo que a menudo les es hostil. En cada paso, cada diálogo y cada mirada, se siente la pulsación de una lucha por la libertad, donde calzar los tacones de forma diferente se convierte en un acto de empoderamiento. Autoría: Ignacio Amestoy Dramaturgia y dirección: Magüi Mira Intérpretes Luisa Martín – Victoria Burton Olivia Molina – María García Escenografía: Curt Allen y Leticia Gañán (Estudio Dedos Aaee) Vestuario: Gabriela Salaverri Iluminación: José Manuel Guerra Espacio sonoro y música: Santiago Martínez Jefe de producción: Juan Pedro Campoy Producción ejecutiva: Pentación Espectáculos Productor: Jesús Cimarro Coordinación técnica: Nacho Huerta Ayudantía de dirección: Antonio Sansano Ayudantía de producción: Paloma Parejo Regiduría: Guillermo Delgado Técnico de luces: Marc Jardí Técnico de sonido: Felix Botana Técnico de maquinaria: José Herradón Jefe técnico del teatro: Roger Muñoz Márquetin y comunicación: Focus Reportaje fotográfico: René Estebanez Fotografía de cartel: Javier Naval Diseño gráfico: David Sueiro Distribución: Pentación Espectáculos Es una producción de Pentación Espectáculos | |